![Pequeña Nube de Magallanes](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyfO53tc27Tg8kGk3sb1tygGeM40gdWDYLr7qoQWA3B1wk61pbIQj9Rb6ULSuVG3VmZ1Ns2xX_TopLnEgcfpaTpEl9XIw6CpyhiZQq-x8huQVRIgnl_v32wIQE022kffTys9RZ-2DLM_rj/s320/Peque%C3%B1a-Nube-de-Magallanes-Splitzer.jpg)
Con un presupuesto limitado, el director de este centro quiso ahorrar y contrató mujeres que, con un salario mínimo, eran atentas, educadas y pacientes, las personas más adecuadas para analizar miles de aburridas placas fotográficas de campos estelares. Pero Miss Leavitt, que era graduada en Radcliffe con un curriculum tal que, si hubiese sido hombre, le habría proporcionado un título de licenciado en humanidades por Harvard, aceptó el tedioso trabajo de medir las luminosidades de las estrellas en las placas de la Pequeña Nebulosa de Magallanes. Y fue allí donde hizo el descubrimiento de dieciséis estrellas que tienen unas propiedades bien curiosas: su luminosidad varía periódicamente y las más brillantes tienen un periodo de variación más largo. Como la distancia que nos separa de ellas es básicamente la misma, el efecto, llamado actualmente relación periodo-luminosidad de las cefeidas, es realmente intrínseco y constituye un instrumento fabuloso para medir distancias en nuestra galaxia o más allá.
![Miss Leavitt](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxvVW8uMooCMI8G6C12XKg-f-FrQniSn6wwA6a7bhk214I8lVGcyzbVMt2ofL6O40NSudUGEznTtvucgQX1I36tHnu787CBVp95yGuPxVaeQU1c2piz1tHrT4PelRXP7na3C8iTA8yQgQY/s320/Leavitt.jpg)
Sin la contribución de Miss Leavitt este progreso espectacular de la astronomía extragaláctica de los años veinte del siglo pasado no hubiese sido posible. Ella, mientras tanto, no consiguió nunca ningún reconocimiento académico ni laboral. Su categoría laboral no pasó de ayudante, a pesar de la contribución a la ciencia que había hecho. Únicamente al final de su vida se atrevió a asignarse la profesión de astrónoma al responder a la pregunta de un oficial del censo de Boston.
Traducción de la preciosa reseña de Enric Marco i Soler (Depto. Astronomía y Astrofísica Univ. Vcia) al libro: 'Antes de Hubble, Misss Leavitt'. George Johnson. Ed. Antoni Bosch. Barcelona.2009. Número 66 de la Revista Mètode de la Universitat de València.
Otra reseña:
Hace casi un siglo, en un abarrotado despacho del Observatorio de Harvard, una mujer brillante, hoy casi olvidada, descubrió el secreto de la inmensidad del universo.
Su nombre es Henrietta Swan Leavitt y, en los días en que a las mujeres les estaba prohibido tener carreras científicas, era lo que se conocía como una 'calculista' −una calculadora humana de números- que, luchando contra una salud muy débil, descubrió una nueva ley que transformaría la cosmología.
![Libro sobre Leavitt](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbfhXRVi9_bjv2FuCHUq5jp4gXih7cmoL3fRd8-1xYFZo4cBnilqo97O_U_700fFjvonbopGLBXjULj3C1EFjSQtrLdEZsAdRb4WuUfWm0HLkEgGOXpLgTw7XC_PgjMtFmAw3Bwf9UjfVv/s320/Libro_Miss_Leavitt.jpg)
Con la gracia y habilidad que le han convertido en uno de los más distinguidos escritores científicos de la actualidad, George Johnson contrasta astutamente la magnitud del descubrimiento de Leavitt con la tranquila obscuridad de su corta vida. Antes de Hubble, Miss Leavitt es tanto un relato brillante de cómo medimos el universo como la emotiva historia de un genio olvidado.
Comentarios de otras astrónomas actuales:
“Partiendo del descubrimiento de Henrietta Leavitt, que resultó fundamental para restablecer las distancias cosmológicas, el autor describe la historia de la investigación de una cuestión que aún hoy en día resulta fascinante: cuánto mide el universo.”
Cristina Manuel – Investigadora Científica, Instituto de Ciencias del Espacio, España
“Este libro entrelaza de una manera admirable historia, astronomía y la lucha de una joven mujer por dejar su huella en el mundo científico.”
Yolanda Gómez – Investigadora, Centro de Radioastronomía, México
“Henrietta Swan Leavitt, y otras astrónomas de Harvard, trabajaron de forma casi anónima en un mundo dominado por los hombres, dejando un impresionante legado que en aquel momento no se les reconoció como se merecían, ya que su papel fue el de meras ayudantes, las llamadas 'calculistas' de Harvard.”
Margarida Hernanz – Profesora de investigación, Instituto de Ciencias del Espacio, España
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