14 noviembre, 2010

AMISAFE

AMISAFE: "


Todo no empezó hace 35 años con la resolución 3458-B de las Naciones Unidas, de 10 de diciembre de 1975, que ratificaba el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. Tampoco empezó con la “Marcha verde” ni con la desvergüenza de Hassan II de Marruecos, ni con el conocimiento de que la ONU no vale para nada o con el abandono gubernamental del Sahara Español. Todo comenzó con la confección de un vestido de niña.

Pepi Cascales es una extraordinaria modista, una extraordinaria pintora; una extraordinaria mujer. A través de ella, conocí de la cercana celebración de la cena solidaria y benéfica organizada por AMISAFE, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, a la que acudí el pasado viernes. No podía negarme tras haber probado la deliciosa empanada que me envió y comprometí mi asistencia. Luego, me puse a investigar. Esta asociación, presidida por Manuel García, cuenta con gente como Pepi que, cada año, realiza diversos actos como esta “Caravana de la Paz” con el fin de recaudar fondos con los que sufragar el transporte de alimentos a los refugiados saharauis del Norte de África y cubrir los gastos de desplazamiento y manutención de una treintena de niños saharauis que cada verano suben a la Isla de León.

La cena se celebró en el Hotel Bahía Sur y fue un éxito, con más de trescientos invitados. Hubo momentos memorables, como el intento de venta de boletos para el sorteo de regalos a los componentes de la chirigota del Selu, “Los que no se enteran”, en plena actuación, por parte de un miembro de la asociación. O la simpatía desbordante de Francis Alcántara, que, como las impresoras, es “multifunción”. O la proyección de fotografías destacando la labor de AMISAFE con esos pequeños niños que tuvieron la desgracia de nacer donde nadie los ampara. Lo dijo el irónico Selu, con seriedad de velatorio: “Gracias a nuestros políticos el problema en Marruecos se ha arreglado con rapidez”. La gente rió. Son familias humildes que dan todo lo que tienen a esos pequeños a los que abren su corazón y sus casas. Gente que, como Pepi Cascales, siempre ríe en invierno y llora en verano. Cuando los niños vuelven a su desierto.

Enrique Montiel de Arnáiz - Publicado en La Voz, el 14 de noviembre de 2010

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