Muertos y derrotados Publio y Cneo Cornelio Escipión, en Iberia se abrían nuevas posibilidades para los cartagineses. Pero el repliegue del resto de la tropa romana más allá del Ebro, territorio amigo, y la llegada de refuerzos y de C. Claudio Nerón con su actitud defensiva y conservadora, al estilo Fabio, hicieron que los púnicos perdieran la iniciativa, que rápidamente fue protagonizada por una figura gigantesca del joven Publio Cornelio Escipión, hijo del Publio caído en tierras andaluzas y más tarde conocido por el Africano.
Una de las tácticas de batalla de los pueblos celtíberos según Tito Livio: «Los celtíberos se agacharon ante los dardos disparados por los romanos y después se reincorporaron para disparar a su vez…» (Livio 28,1).
Una de las tácticas de batalla de los pueblos celtíberos según Tito Livio: «Los celtíberos se agacharon ante los dardos disparados por los romanos y después se reincorporaron para disparar a su vez…» (Livio 28,1).
Un año después de la derrota, en el año 210 a. C. y junto a un nuevo ejército, desembarcó en la zona catalana y muy pronto inició las operaciones para las que había sido popularmente aclamado en Roma y ensalzado: la dinamización del frente hispano. Tras fortalecer las posiciones de partida, en una acción relámpago, burló a los tres ejércitos en los que se habían dividido sus oponentes y logró llegar ante las puertas de Cartago Nova, centro neurálgico de los púnicos en la península. Corría el año 209 a. C. cuando Publio entró en la ciudad, haciendo un enorme botín y algo que a la postre fue decisivo: la liberación de los rehenes que Cartago utilizaba para asegurarse la fidelidad de los pueblos iberos.
Legionario romano de hacia el final de la Segunda Guerra Púnica (c. 200 a.C.) que junto a las armas tradicionales (pectoral de bronce, escudo oval curvo y casco de tipo ‘Montefortino’, ha sustituido su vieja espada corta por una más larga, de unos 65 cm. de hoja, de origen hispano: el gladius hispaniensis. La vaina de cuero con armazón metálico va suspendida de un tahalí que cruza su pecho por debajo del pectoral, y no pendiente de un cinturón al modo galo..
Legionario romano de hacia el final de la Segunda Guerra Púnica (c. 200 a.C.) que junto a las armas tradicionales (pectoral de bronce, escudo oval curvo y casco de tipo ‘Montefortino’, ha sustituido su vieja espada corta por una más larga, de unos 65 cm. de hoja, de origen hispano: el gladius hispaniensis. La vaina de cuero con armazón metálico va suspendida de un tahalí que cruza su pecho por debajo del pectoral, y no pendiente de un cinturón al modo galo..
De esta manera, no sólo consiguió el dominio del occidente peninsular, tan importante para el enemigo, sino que a las tropas romanas se le sumaron numerosas tribus indígenas, como los turdetanos y los ilergetes, aunque estos últimos con sus más y sus menos (en Armas de la antigua Iberia está perfectamente explicado cómo sentían y vivían la guerra estos pueblos).
La preocupación se apoderó entonces de Cartago. Mientras que algunos generales defendían que las posibilidades púnicas pasaban por centrarse en el ámbito ibero, otros decían que se deberían enviar los refuerzos a Italia para unirse a Aníbal. Mientras Asdrúbal partía hacia Italia, burlando a los romanos (donde llegaría y sería derrotado en el río Metauro), Magón y Giscón buscarían recursos en Hispania.
Ante la derrota y muerte de Asdrúbal, Hannón llegó a la península y se unió a Magón para intentar volver a enviar recursos a Aníbal, mientras que Giscón se centraba en acciones diplomáticas para la defensa del valle del Guadalquivir. Los fracasos y los golpes que recibieron los púnicos impidieron el paso a Italia y Escipión, totalmente decidido a acabar de un golpe con la presencia cartaginesa en la península, se dirigió a Gadir, última base importante púnica, mientras que a parte de su ejército lo mandaba a enfrentarse, con éxito, al Hannón y Magón.
La muerte de Indíbil según Tito Livio: “una vez que cayeron acribillados por los dardos los que peleaban en torno al rey, que se mantenía en pie medio muerto y después quedó clavado al suelo por una jabalina”. Indíbil aparece representado con cota de malla y casco céltico de hierro como un ejemplar hallado en la costa catalana –ambas cosas una rareza en la panoplia ibérica- y con una falcata, posiblemente regalo de un príncipe meridional, similar a la hallada en la necrópolis de La Pedrera en Vallfogona de Balaguer.
La muerte de Indíbil según Tito Livio: “una vez que cayeron acribillados por los dardos los que peleaban en torno al rey, que se mantenía en pie medio muerto y después quedó clavado al suelo por una jabalina”. Indíbil aparece representado con cota de malla y casco céltico de hierro como un ejemplar hallado en la costa catalana –ambas cosas una rareza en la panoplia ibérica- y con una falcata, posiblemente regalo de un príncipe meridional, similar a la hallada en la necrópolis de La Pedrera en Vallfogona de Balaguer.
Estos, con los restos de sus tropas, lograron encontrarse con Giscón en Gadir y se enfrentaron, en una batalla que marcaría su presencia en Hispania, en la batalla de Ilipa, en el año 207 a. C.
Con la derrota cartaginesa, unida un par de años después a la retirada de Aníbal y Magón (que consiguió llegar a Italia pero no unirse a su hermano, pues fue derrotado), el campo de acción pasará a territorio africano.
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El autor expondrá su opinión, si procede, en forma de comentario a esta entrada o, casi siempre, en la denominada «Ventana del Autor».
La mayoría de las imágenes pertenecen al la serie de libros de Fernando Quesada publicados lo la Esfera de los Libros.
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