Ocurrió según estimaciones hace unos 140 millones de años y desde entonces las flores que dan frutos han llenado el mundo de color.
Los dinosaurios ya llevaban casi 100 millones de años siendo amos y señores del planeta que ahora domina el mono desnudo.
Las flores (o mejor dicho, las flores de las plantas que dan frutos) son características de las plantas angiospermas (o magnoliophyta más recientemente). Desde su aparición, las plantas experimentaron una gran expansión poblacional como demuestra el registro fósil.
Su éxito ha sido hasta tal punto que en la actualidad la práctica totalidad de las plantas terrestres (se estima que cerca de un 95%) tienen flores. El por qué de esta brusca radiación adaptativa que llevó a las angiospermas a ser tan exitosas lo definió Darwin como “un misterio abominable“.
Este es el fósil de la Archaefructus liaoningensis que con 140 millones de años de edad podría ser el fósil más antiguo de angiosperma. Las hojas que salen del tallo son en realidad, vainas que contienen semillas. Y las semillas encerradas en un fruto son una característica que únicamente se da en las angiospermas. Aún hoy quedan algunas angiospermas que son auténticos fósiles vivientes como la Amborella (pero mejor, mirad en el enlace ).
La característica fundamental de las angiospermas es que producen semillas encerradas dentro de un fruto con la finalidad de reproducirse. Pertenecen al taxón Tracheobionta, también conocido como traqueófitas o plantas vasculares. Estas plantas poseen un sistema parecido a nuestros vasos sanguíneos por el que transportan el agua, las sales minerales, etc.
Las traqueófitas tienen dos tipos de estos tubos: leño o xilema y floema. El leño transporta el agua y las sales minerales hacia el tallo y las hojas mientras que el floema reparte el alimento generado en las hojas hacia el resto de la planta. También pertenecen a las traqueófitas las plantas gimnospermas que producen semillas desnudas, pero no un fruto como las angiospermas hacen. También tienen flores y existen desde antes, aunque son diferentes de las flores angiospermas.
Como se puede ver en el siguiente diagrama, en las angiospermas el ovario rodea al óvulo y se produce el fruto que contiene la semilla. El fruto al desprenderse permite a la semilla (embrión) germinar y alimentarse del ovario que rodea a la semilla.
Pero la característica más llamativa de las angiospermas es que producen flores que dan frutos. La flor es el órgano reproductor en este tipo de plantas. Gracias a la floración pueden reproducirse. Las partes que constituyen una flor angiosperma podemos verlas en el siguiente esquema:
- Pétalos: son la parte coloreada y más llamativa que rodea los órganos sexuales y cuya finalidad evolutiva suele ser captar la atención de las especies polinizadoras (generalmente insectos). Aunque hay especies que han reducido los pétalos a la mínima expresión como las gramíneas.
- Estambres: son el órgano sexual masculino de la flor. Son los que originan el pólen.
- Sépalos: se encuentran en la base de la flor y la envuelven mientras dura su desarrollo y también cuando se cierran por la noche.
- Carpelos: son el órgano sexual femenino de la flor. El conjunto de carpelos componen el gineceo (o pistilo). En ellos se encuentran los ovarios, donde se forman los óvulos.
En el caso de las gimnospermas, sus flores son unisexuales. Es decir, en la misma planta hay flores masculinas y flores femeninas. Las flores consiguen fertilizar el óvulo mediante la polinización. Es decir, consiguen hacer que el pólen de los estambres fecunde el óvulo que se encuentra en los carpelos. La polinización puede producirse porque el aire deposite el pólen que es muy ligero en los estambres de otras flores o sirviéndose de animales que atraídos por la flor, el fruto o el pólen lo atrapen en su cuerpo y al ir de flor en flor, las fertilicen de forma involuntaria. Y desde luego, el animal por excelencia en contribuir a la polinización es la abeja.
No es de extrañar que las abejas y otros insectos que colaboran en la polinización experimentaran una radiación adaptativa en el Cretácico a la vez que las angiospermas se extendían por todo el mundo. Porque al fin y al cabo, es gracias fundamentalmente a estos insectos que tenemos flores por todo el mundo.
Y para terminar, os invito a visualizar este extracto de un excelente documental de la BBC:
Referencias
- Rastrear los orígenes genéticos de las plantas angiospermas, en Solociencia.
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