En una colección de engendros que hayan surcado los mares, o de navíos extraños si se quiere ser más amable, no hay duda de que los barcos circulares ideados por el almirante ruso Popov ocuparían un lugar destacado.
La idea no era mala del todo, sobre todo teniendo en cuenta la situación, pero por desgracia no fue una solución muy práctica. Viajemos al Mar Negro después de la guerra de Crimea. Los términos del tratado firmado en París en 1856, que puso fin al conflicto, no dejaban a Rusia mucho margen de maniobra en cuanto a su marina de guerra. En concreto, se prohibía a Rusia la navegación por este mar empleando grandes buques de guerra, lo que obligó a los rusos a agudizar el ingenio para patrullar su costa. La solución que se le ocurrió a Andrei Alexandrovich Popov, encargado de la tarea de reactivar la flota rusa, fue la de crear un nuevo tipo de nave. Si sólo se podía patrullar por áreas costeras y por ríos, lo mejor sería construir cañoneras capaces de maniobrar en aguas poco profundas. Y, de ahí, nacieron las conocidas como popoffkas, unos de los barcos más raros jamás vistos.
Grabado del Novgorod, 1876. (Fuente).
Diseñadas para la vigilancia y defensa de ríos como el Dniéper, o pequeñas áreas costeras como en el mar de Azov, las popoffkas eran como minúsculos acorazados de forma circular y seis hélices propulsoras. Ciertamente, en aguas someras se manejaban relativamente bien, y se cuenta que sobre las popoffkas era casi imposible marearse1, pero por desgracia para Popov su diseño se mostró demasiado lento y, para colmo, cuando sus torres artilladas disparaban, la nave al completo tendía a girar sobre sí misma. Si se pedía al barco un rendimiento que fuera más allá de una simple y plácida navegación, no podía muy bien saberse hacia dónde decidiría girar el conjunto. En total, únicamente se construyeron dos buques de este tipo, aunque más que barcos habría que pensar en ellos más bien como plataformas flotantes artilladas. El Novgorod pasó a formar parte de la marina de guerra imperial rusa en 1873, mientras que el Kiev, que pasó a llamarse más tarde Almirante Popov, lo hizo en 1875.
Ilustración del Novgorod, por Sergei Myagkov. (Fuente).
Al margen de su curiosa forma, han pasado a la historia como dos ejemplos de mal diseño y, además, han sido nombrados en numerosas ocasiones como los barcos más feos jamás creados. No creo que sea para tanto, porque sobre gustos no hay nada escrito. El Novgorod tenía 32 metros de diámetro y era capaz de desplazar 2.490 toneladas, estando equipado con dos cañones montados sobre una torre central. Por su parte, el disco acorazado del Popov era mayor, con un diámetro de 38 metros, capaz de desplazar 3.550 toneladas. Sí, nada menos que seis potentes motores animaban las hélices que, al menos en teorías, debían otorgar a estos barcos una velocidad y capacidad de maniobra sobresalientes. La realidad fue mucho más triste, salvo por la ventaja que ofrecían en aguas fluviales debido a su escaso calado, la velocidad máxima de apenas seis millas por hora era de risa. Aunque ambas naves participaron como patrulleras en el Danubio durante la guerra Ruso-Turca entre 1877 y 1878, no fueron tomadas en estima y se decidió que fueran dadas de baja en el servicio hacia 1903. Unos años más tarde terminaron en la chatarra.
Eso sí, la manía de Popov por construir barcos circulares, por muy poco maniobrables que fueran, tuvo otro sueño hecho realidad: todo un yate imperial. Se trató del Livadia, segundo yate imperial ruso con ese nombre pues el anterior se hundió en 1878 tras embarrancar. El nuevo Livadia fue construido en Escocia y botado en 1880. Por méritos propios entra también de lleno en todas las clasificaciones de barcos extraños.
El yate imperial Livadia. (Fuente).
Se pensó que fuera el buque de recreo ideal para la familia imperial rusa en sus viajes por aguas del mar Negro, pero no tuvo más suerte que sus hermanas las popoffkas. Aunque aparentemente era un barco más o menos convencional, bajo la línea de flotación se convertía en un engendro semicircular con cerca de 80 metros de diámetro difícilmente descriptible. Capaz de desplazar 4.000 toneladas, era lento y difícil de gobernar pero, eso sí, estaba lleno de lujos. Apenas fue utilizado y terminó sus días como sus parientes cañoneras, en la chatarra.
Vista del Livadia. (Fuente).
Más información:
- Popoffka: le cannoniere circolari russe.
- Russian Ironclad Novgorod (1874).
- Las “popoffkas” rusas.
- Wikipedia: Russian battleship Novgorod.
- Wikipedia: Livadia (yacht, 1880)
- Imágenes de las popoffkas.
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1 Publicaba sobre esta cuestión la revista Madrid Científico lo siguiente en su número 526, año 1906: El eminente ingeniero naval inglés H.I. Reod, que hizo una excursión a bordo del Novgorod, dice que en el centro del barco la subida vertical y la bajada parecían absolutamente anuladas, aun con mar gruesa y brisa fresca. Aun los más susceptibles al mareo se encontraban perfectamente a bordo de aquellos barcos, que daban al emplazamiento de sus cañones centrales una estabilidad que no la dan los demás…
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