Krummlauf ayudando a una bala a doblar la esquina. | Fuente imagen: Imageshack
El Krummlauf (cañón curvo) era un accesorio para el fusil de asalto ligero alemán Sturmgewehr 44 desarrollado durante la II Guerra Mundial. Como podéis ver en las fotos (o en el vídeo al pie del post) este “alargador curvado”, permitía despejar las esquinas de enemigos, desde un lugar seguro. Para no disparar a ciegas, el “cacharro” incluía además un visor periscopio.
Del Krummlauf se fabricaron dos variantes: la “I” que empleó la infantería, y también la “P”, que se usaba dentro de los tanques para despejar los ángulos muertos ante el asedio de tropas de infantería. Así mismo existían versiones con dobleces en ángulos de 30º, 45º, 60º y 90º.
La krumlauf (o cañón curvo) despejando la esquina en la IIGM. | Fuente imagen: Antraspasaulinis.
Se trataba de un arma experimental y no fue fabricada a gran escala. La versión que mayor expansión tuvo fue la “I” con doblez de 30º. Este accesorio tenía una vida útil muy corta (apenas 300 disparos para la versión de 30º y 160 disparos para la de 45º).
Además de su corta vida útil, poseía otras limitaciones. Por ejemplo, las balas tendían a fragmentarse en cuanto atravesaban el cañón curvo, por lo que en lugar de disparar una bala terminaba mandando una ráfaga de mini-metralla. Para minimizar el riesgo de explosión por acumulación de gases, incluía dos aperturas laterales que actuaban como válvulas de escape.
Pese a que era del todo inútil a larga distancia, el arma resultaba letal a corta distancia. Se dice que con el cañón curvo “I” de 30º se podía alcanzar a una agrupación desde una distancia de 100 metros.
Este concepto ha inspirado un accesorio israelí actual, empleado en la lucha antiterrorista, llamado CornerShot.
Fuentes consultadas: Wikipedia y foros Discovery.
"
No hay comentarios:
Publicar un comentario