Alerta magufo: el rollo de Churchill y los ovnis: "
“Mi madre me ha dicho que su padre le contó que en los años 40 oyó a Churchill decir que los ovnis…”
Numerosos medios de comunicación españoles y extranjeros se han hecho eco en las últimas horas de cómo Winston Churchill, tras consultarlo en persona con el general Dwight D. Eisenhower, ordenó durante la Segunda Guerra Mundial (SGM) ocultar a la opinión pública un encuentro de un avión espía de la RAF con un ovni. Sin embargo, la información referente al suceso desclasificada ayer por el Ministerio de Defensa (MoD) británico no aporta pruebas de que esos dos sucesos -el avistamiento y la conversación entre los dos personajes sobre el mismo- tuvieran realmente lugar.
La historia se basa en dos cartas escritas al MoD el 14 de agosto y el 20 de septiembre de 1999 por un hombre que se identifica como “un científico interesado en la tecnología, la física y la astronomía”, y que manifiesta su rechazo hacia las creencias e interpretaciones populares sobre los ovnis. En sus misivas, relata que su abuelo, que sirvió en la RAF y fue guardaespaldas de Churchill, asistió en los años 40 a una conversación de éste con Eisenhower sobre un incidente ovni.
El comunicante no da una fecha concreta. Sólo habla de “principios de los años 40″ y localiza el incidente “cerca o sobre la costa inglesa”. La tripulación del aparato de la RAF no detectó el objeto hasta que estuvo muy cerca de ellos. El ovni -del que sólo dice que era metálico y no precisa la forma- voló en paralelo al avión un rato -momento en el que uno de los tripulantes sacó fotos- y luego desapareció “sin dejar rastro”. Según el hombre, durante el encuentro de Churchill y Eisenhower, un asesor descartó que se tratara de un misil y otro dijo que cabía la posibilidad de que fuera “un objeto volante no identificado”, ante lo cual el primer ministro no tuvo ninguna duda de lo que debía hacer. “Este suceso debe mantenerse en secreto porque puede provocar terror en las masas y destruir la creencia en la Iglesia”, dice que su abuelo, fallecido en 1973, oyó decir a Churchill.
Un caso más que dudoso
Hasta aquí, la anécdota. La lectura de la información desclasificada revela que no existe ningún documento oficial de la época que confirme este relato, más allá de las cartas del científico británico. ¿Quiere decir esto que es falso? No, necesariamente; pero, de ahí a llevar a titulares que Churchill ocultó información sobre ovnis para prevenir el pánico o dañar a la religión, va un trecho que el periodismo riguroso nunca tendría que haber recorrido. ¿Por qué? Porque todo lo que tenemos es un hombre que dice que le ha contado su madre que le contó, a su vez, su padre que una vez oyó a Churchill decir…
Hay, además, en la historia algo que resulta imposible: que alguien hablara de “un objeto volante no identificado” a principios de los años 40, cuando ese término no fue acuñado hasta 1952 por la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Se trata, por tanto, de un añadido posterior al relato por parte del abuelo, la madre o el comunicante. Cuando supuestamente ocurrieron los hechos, todavía nadie había oído hablar siquiera de platillos volantes. Éstos no existieron hasta que, en junio de 1947, Kenneth Arnold vio nueve objetos con forma de bumerán sobre el monte Rainier, dijo que volaban como “un platillo si lo lanzas sobre el agua”, y el periodista que dio la noticia se refirió a ellos como platillos volantes confundiendo la forma del vuelo con la de los objetos. Quien primero especuló con que esos objetos fueran de origen extraterrestre fue, por su parte, el mayor Donald E. Keyhoe en enero de 1950 en la revista ‘True’.
Si el suceso sobre el ovni de la RAF ocurrió en realidad, es muy posible que tanto Churchill como Eisenhower sospecharan en su momento que podían estar ante una arma secreta nazi. Sería lo lógico en una situación de guerra como la que se vivía en Europa. De hecho, la creencia en que el fenómeno ovni podía ocultar actividad aérea enemiga fue lo que años después llevó a los diferentes Gobiernos, incuido el británico, a abrir proyectos de investigación de avistamientos de no identificados cuyos resultados han ido saliendo a la luz en las últimas décadas sin que haya asomado la cabeza de un solo extraterrestre entre las montañas de papel. Además, las grandes potencias han aprovechado durante décadas la creencia en los ovnis para camuflar como tales pruebas de sus armas y complejos de investigación militar como el Área 51.
Si el caso del avión de la RAF pasó como contaba el comunicante del MoD en 1999, la ausencia de documentación oficial -más allá del cruce de cartas de hace once años- demuestra que fue un suceso sin importancia y los documentos relacionados con él se habrían destruido como el resto de los de avistamientos ovni intrascendentes anteriores a 1967, según era política del MoD. Para mí el mayor enigma de toda esta historia es cómo todos los periodistas que han escrito sobre ella han contado prácticamente lo mismo y ninguno ha caído en la cuenta de que, a principios de los años 40, en Reino Unido nadie podía hablar de ovnis porque el término no se había inventado y, seguramente, sí se hablaba mucho de la posible existencia de terribles armas nazis.
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