03 agosto, 2010

El cómic de la conspiración lunar

El cómic de la conspiración lunar: "
Darryl Cunningham, autor de las viñetas sobre la homeopatía que posteamos hace unas semanas, animado por el éxito de aquel cómic, se ha lanzado y ha vuelto a publicar una nueva serie de dibujos explicativos, en esta ocasión dedicados a la conspiración lunar.
Después de traducir al castellano aquella viñeta homeopática, os dejo también la correspondiente traducción de la nueva agradeciendo a Emtochka su ayuda en su elaboración, al propio Darryl Cunningham por permitirme que traduzca su trabajo al castellano, y se la dedico al amazing Eugenio autor del libro “La conspiración lunar, ¡vaya timo!” y del blog Ciencia en el XXI.El vuelo espacial Apolo 11 aterrizó con los primeros humanos en la Luna el 20 de julio de 1969. La misión, llevada a cabo por los Estados Unidos, se considera un logro mayúsculo en la exploración humana del espacio. Y una victoria en la carrera espacial con la Unión Soviética. Sin embargo, en las décadas siguientes ha aparecido una ruidosa minoría que afirma que los aterrizajes en la Luna nunca ocurrieron.Sostienen que los aterrizajes en la Luna se rodaron en un escenario de cine. Las pruebas que presentan no suponen gran cosa y son fácilmente refutadas. Pero el simple hecho de que se sigan haciendo esas acusaciones ha creado dudas donde antes no las había. ¿Por qué no hay estrellas en las fotos de la Luna? La superficie lunar presenta mucho resplandor para un fotógrafo. No hay una atmósfera que disperse la luz solar, y esto crea un paisaje de bruscos contrastes.
Es difícil capturar algo muy brillante y algo muy tenue, en el mismo trozo de película. Como los astronautas, en sus trajes espaciales iluminados por el Sol, andando a través del brillante paisaje lunar. Los ajustes de la cámara para esta foto debilitarían demasiado las estrellas de fondo como para que se pudiesen ver. Si el Sol es la única fuente de luz, ¿cómo es que los astronautas todavía pueden verse en la sombra del módulo lunar? Con unas sombras tan profundas, este tipo debería verse como una silueta.
Debe de haber otra fuente de luz. Mira en esta superficie brillante. Sabemos que esta superficie refleja la luz porque, si no lo hiciese, no seríamos capaces de verla. La Luna es luminosa. Los objetos, incluso en la sombra, están bañados en esta luz. Es posible leer un periódico con la luz de la Luna llena.
No se necesita otra fuente de luz. La bandera de los Estados Unidos ondea y se dobla, como mecida por una brisa. ¿Cómo es posible esto si no hay atmósfera en la Luna? La bandera se movía sólo mientras la colocaban. En el momento que la bandera estuvo en su sitio, se paró quieta. La bandera se diseñó con una pieza de soporte rígida extensible a lo largo de su borde superior, para que pareciera tirante. En el parte técnico, los astronautas informaron de unos pocos problemas con el despliegue de la bandera.
Tuvieron problemas extendiendo la varilla telescópica horizontal, y no pudieron sacarla entera. Esto le dio a la bandera un aspecto de ondeo. Las tripulaciones posteriores dejaron intencionadamente la varilla parcialmente extendida, porque les gustaba el aspecto que tenía. Un cohete capaz de aterrizar en la Luna debería haber creado un enorme cráter en su superficie. Sin embargo, allí no hay nada. El potente cohete del módulo lunar tenía una potencia de 10000 libras de empuje [4500 kgf]. Sin embargo, sólo hidieron falta 3000 libras [1300 kgf] para garantizar un aterrizaje seguro.
Además, en la Luna no hay atmósfera, así que tampoco hay presión del aire. Presión que, en la Tierra, confinaría el chorro del cohete a una corriente descendente directa. En la Luna, el chorro del cohete era libre de expandirse sobre un área mucho mayor. Esto levantó un poco de polvo alrededor, pero no mucho más. ¿Por qué no hay llamas visibles del cohete? El combustible usado (hidrazina y tetróxido de dinitrógeno) se inflama instantáneamente al mezclarse.
Esto produce una llama que es completamente transparente. Este combustible todavía se usa en algunas naves espaciales, y sus imágenes no muestran llama alguna. Si reproduces la grabación de la Luna al doble de velocidad, da la impresión de que estuviese rodada en la Tierra. En 2005, Jamie Hyneman y Adam Savage, del popular programa “Cazadores de mitos” de Discovery Channel pusieron a prueba muchas de las afirmaciones de la conspiración lunar. Intentaron replicar el paseo lunar del astronauta en la gravedad de la Tierra.
Se usó un arnés para reducir a su portador a un sexto de su peso. Los movimientos del portador se grabaron después a 48 fotogramas por segundo. Entonces la cinta fue reproducida a los 24 fotogramas por segundo habituales. El resultado es un movimiento lento que, aunque bastante cercano a la secuencia de la NASA, todavía no tenía la suave apariencia de baja gravedad del paseo del astronauta. Los cazadores de mitos compararon a continuación este resultado con una demostración real en microgravedad.
Usando un Boeing 727-200 modificado, pudieron experimentar por ellos mismos la gravedad lunar. Esto se consiguió haciendo volar al avión una serie de arcos parabólicos. En la parte descendente de cada arco, la gravedad en la cabina correspondía exactamente con la atracción gravitacional de la Luna. En el programa, Adam Savage habla sobre la experiencia de andar en microgravedad. «Ahora me cuadra todo en la grabación de la NASA.»
«El movimiento me pareció natural tan pronto como empecé a hacerlo.» Los saltitos que daban eran decididamente una manera eficiente de moverse en esa atracción gravitacional. En lo que concernía a los cazadores de mitos, este mito fue cazado. Los movimientos de Adam Savage en microgravedad correspondían exactamente con la marcha de un astronauta. El hombre había ido a la Luna.
Se recogieron 382 kilogramos de polvo y rocas lunares durante las misiones Apolo. Geólogos de todo el mundo han estado examinando estas muestras durante treinta años.
Estas rocas, claramente formadas en ausencia de oxígeno o agua, no podrían haber sido recogidas o producidas en la Tierra. Las rocas lunares más antiguas tienen hasta 4500 millones de años. Lo que las hace 200 millones de años más viejas que las rocas terrestres más antiguas. Las rocas lunares son únicas. Las muestras apenas tienen agua atrapada en su estructura cristalina. Y sustancias comunes en la Tierra, tales como minerales arcillosos, están ausentes en las rocas lunares. Mira de cerca y verás que las rocas lunares del Apolo están salpicadas por pequeños cráteres de impactos de meteoritos.
Esto sólo podría ocurrir en rocas de un planeta con poca o ninguna atmósfera, como la Luna. Podría seguir cientos de páginas rebatiendo las afirmaciones del bulo lunar, pero sé que no supondría ninguna diferencia para los creyentes a macha martillo. La idea de que miles de ingenieros, científicos, astronautas y personal de apoyo, se han mantenido callados durante décadas es alucinante. Pero siempre habrá gente que afirme una conspiración sobre cualquier cosa.
Las conspiraciones reales son asuntos humanos, enmarañados, llenos de fallos. La historia nos ha mostrado repetidamente cómo de difícil es, incluso para los más poderosos, mantener secretas sus dudosas actividades. ¿Qué credibilidad tiene entonces que, en la era de internet, de las entrevistas en televisión, los best-sellers y películas, ni un astronauta o empleado de la NASA ha tirado de la manta en este supuesto bulo? Para engañar tanto al mundo como a su propia gente, el gobierno de los Estados Unidos tendría que haber construido una infraestructura global de miles de millones de dólares. Hubiera sido mucho más sencillo ir realmente a la Luna. Que es, por supuesto, lo que hicieron.
Nota: Para su mayor difusión este artículo se publica simultáneamente tanto en Amazings.es como en Per ardua ad astra.
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