Manipular fotos es todo un arte, pero hacerlo con el surrealismo en la cabeza y buscando un punto de locura os aseguro que no es nada sencillo, ya que podemos hacer un trabajo bastante malo como nos pasemos con algunos detalles.
Las cuarenta que quedan tras el salto son ejemplos perfectos de lo que es una manipulación surrealista sin muchos alardes y sin llamar la atención, simplemente cuidando los detalles que podrían arruinar la creación.
Fuente | HongKiat
(bellefoong)
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