18 julio, 2010

La muerte de Némesis: Oscura y lejana compañera del Sol

La muerte de Némesis: Oscura y lejana compañera del Sol: "

ExtincionesLos datos que en un tiempo sugirieron que el Sol estaba orbitado por una lejana y oscura compañera, ahora generan aún más dudas.


A lo largo de los últimos 500 millones de años aproximadamente, la vida en la Tierra se ha visto amenazada en muchas ocasiones; el registro fósil está salpicado con eventos de extinciones. Lo que es curioso en estos eventos es que parecen tener lugar con alarmante regularidad.



La periodicidad es tema de controversia entre los paleobiólogos pero hay un creciente consenso en que algo de enorme poder destructivo sucede cada 26 o 27 millones de años. La cuestión es, ¿qué?


En este blog hemos revisado varias ideas como el paso del Sol a través de varios brazos espirales de la Vía Láctea (resultó que no podía ser la explicación de las extinciones debido a que el movimiento no tiene la periodicidad correcta).


Pero otra idea propuesta en la década de 1980 es que el Sol tiene una lejana y oscura compañera llamada Némesis que barre la nube de Oort cada 27 millones de años aproximadamente, enviando una lluvia letal de cometas hacia nuestro camino. Es esta helada lluvia letal lo que provoca las extinciones, o esa es la idea.


Hoy, Adrian Melott de la Universidad de Kansas y Richard Bambach del Instituto Smithsoniano en Washington DC reexaminan el paleoregistro para ver si pueden lograr una estimación más precisa de la órbita de Némesis.


Su trabajo generó una sorpresa. Han reunido un masivo conjunto de datos de extinciones de los últimos 500 millones de años, un periodo que es el doble de largo de lo que nadie había estudiado. Y su análisis muestra un exceso de extinciones cada 27 millones de años, con un nivel de confianza del 99%.


Esta es una clara y definida señal a lo largo de una gran cantidad de tiempo. A primera vista, podría pensarse que respalda la idea de que un lejano y oscuro objeto orbita el Sol cada 27 millones de años.


Pero, irónicamente, la precisión y regularidad de estos eventos es en realidad una prueba en contra de la existencia de Némesis, dicen Melott y Bambuch.


Esto se debe a que la órbita de Némesis se habría visto influida por los repetidos encuentros cercanos que sabemos que el Sol tuvo como otras hermanas estelares en los últimos 500 millones de años.


Estos encuentros habrían provocado una variación en la órbita de Némesis de dos formas. Primero, la órbita podría haber cambiado súbitamente por lo que en lugar de como un único pico, la periodicidad tendría dos picos o más. O, segundo, habría cambiado gradualmente en hasta un 20%, en cuyo caso el pico se habría difuminado con el tiempo.


Pero los datos indican que tiene lugar una extinción cada 27 millones de años con la regularidad de un reloj. “Los datos de fósiles, que motivaron la idea de Némesis, ahora están en su contra”, dicen Melott y Bambuch.


Esto indica que otra cosa debe ser el responsable. No es fácil imaginar un proceso en nuestro caótico entorno interestelar que pueda tener un latido tan regular; tal vez la respuesta esté más cerca de casa.


Sin embargo, hay una buena noticia. El último evento de extinción de esta cadena se produjo hace unos 11 millones de años por lo que, al menos en teoría, tenemos mucho tiempo para descubrir de dónde llegará la siguiente catástrofe.


Sea cual sea, el origen del ciclo de extinciones de 27 millones de años está convirtiéndose en uno de los mayores misterios científicos de nuestra época.



Artículo de Referencia: arxiv.org/abs/1007.0437: Nemesis Reconsidered


Fecha Original: 12 de julio de 2010

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