Quien esté pensando que ese barco pirata de Playmobil tuneao es el regalo perfecto para su sobrino, que se vaya olvidando. Primero, porque se construyó hace 500 años y es único en el mundo y segundo, porque no bastaría con ser asquerosamente rico para adquirirlo, también habría que pertenecer a la más alta nobleza del Sacro Imperio Romano Germánico para poder siquiera contemplarlo.
El barco en cuestión es un pequeño ingenio mecánico mandado construir al orfebre Hans Schlottheim en 1585 y financiado por Augusto de Sajonia y Rodolfo II emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, entre otros. Por eso decía que (supongo) queda fuera del alcance de mis lectores. .
La nave está realizada en latón dorado y su uso principal era como reloj aunque eso era lo de menos, lo importante era toda la parafernalia que se desplegaba a su alrededor cuando marcaba las horas.
Eso redondo en el centro es el reloj.
Empezaba con unos marineros en el carajo (con perdón, pero se llama así ) que golpeaban con sus martillos unas campanas.
Detalle del marinero en el carajo.
Nota: Ya saben ustedes, cuando les mandan al carajo, los están mandando a esa cesta del palo mayor.
A continuación sonaba música de un pequeño órgano, trompetas y también el repicar de un tambor. Todo esto a la vez que unos personajes paseaban delante de la figura del emperador Rodolfo II, los caballeros de las bordas se movían y los cañones simulaban que disparaban echando humo por sus bocas.
Pero aquí no se quedaba la cosa. Lo mejor de todo era que el barco tenía ruedas que le permitían recorrer las largas mesas de los banquetes.
¿Se imaginan ustedes qué cuadro? El barco, con su fanfarria sonando y dando cañonazos, avanza a todo trapo por la mesa esquivando comida y vajilla mientras los entusiasmados invitados, todos de alta cuna y rancio abolengo, lo aplauden y vitorean…
¡Qué cruz de críos! Pensarían los sirvientes.
Vista de su mecanismo. Las ruedas se perdieron y se sustituyeron por esas bolas.
La complejidad del mecanismo residía en que eran tres motores de cuerda diferentes.
Uno que movía los mecanismos del reloj propiamente dicho y las figuras. Otro motor que generaba aire para la música gracias a un fuelle. Y un tercer motor que aprovechaba la fuerza de una piel tensada para mover las ruedas y provocar el sonido del tambor. Realmente muy ingenioso.
Más en:
The Mechanical Galleon. Con todas sus características y muchas fotos. (British Museum en inglés)
Mechanical Galleon (Wiki inglés)
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