Son los tres formatos más extendidos para archivos de imagen, más usados, más comunes, gracias a su amplia compatibilidad con navegadores, editores, programaas de retoque… y por el equilibrio que guardan entre compresión de los datos y la velocidad a la que se pueden transmitir.
Pero ¿qué ofrece cada uno? Adéntrate con nosotros en un repaso a esta sopa de letras… JPG, PNG, GIF… ¿NPI? ¿Deseas saber más?
Empecemos por el formato probablemente más conocido y usado, el JPG, cuyas siglas corresponden a Joint Pictures Expert Group, Grupo Conjunto de Expertos en Imagen. Este grupo buscaba un estándard de archivo para servir a los findes de los fotógrafos profesionales y que pudiera comprimir la información para que el resultado no fuese un archivo de descomunal tamaño pero que al mismo tiempo no se viese comprometida la calidad.
Su funcionamiento se basa en la reducción de porciones de la imagen a pequeños cuadrados de un solo color (píxels) y tiene la contraprestación de que dicha compresión no es “reversible” pues en un principio no estaba pensado para la edición. A cambio el tamaño puede verse comprimido en factores desde 2:1 hasta 100:1.
No es un formato recomendable para fotos en las que se busque por encima de todo la calidad puesto que incluso en las configuraciones más optimistas siempre hay compresión y siempre se pierde información, lo que se hace evidente al ampliar.
Para combatirlo el grupo de expertos creador de este formato llegó a crear un JPG-LS (Lossless Standar, sin pérdidas) para tratar de evitar esta situación, pero no se ha popularizado.
El segundo formato en popularidad es el GIF (Graphics Interchange Format, Formato de Intercambio de Gráficos). Es más antiguo y tradicionalmente se le asocia con Internet por su popularidad en los primeros tiempos de los contenidos gráficos en la Red, así como por ser capaz de mostrar animaciones mediante la sucesión de diferentes imágenes. Emplea un tipo de compresión sin pérdida de tipo LZW similar al que emplea el formato TIFF, y aunque hubo un momento en el que hubo cierta controversia en cuanto a su uso por cuestiones de patentes, al heber expirado los derechos sobre las mismas ya se ha aceptado comunmente como estándar universal.
Por naturaleza son archivos de color de 8 bits con una paleta limitada a 256 colores, admiten transparencias y probablemente su mayor popularidad en los inicios de Internet se debió a la facilidad que ofrecían para mostrar animaciones sencillas limitadas a esos 8 bits de color, limitación que en ocasiones redunda en una calidad limitada de la imagen.
Ha caido muy en desuso por sus limitaciones, siendo realmente útil en casos de tamaños reducidos de paleta de colores, donde sí pueden presentar alguna ventaja en cuanto a tamaño del archivo con respecto a los JPG.
PNG son las siglas de Portable Network Graphic (Gráficos Transportables de Trabajo en Red), y suponen un más que digno heredero del GIF por su capacidad para mostrar animaciones y transparencias con un aspecto nítido y suave en las versiones más modernas de los navegadores de Internet.
Soporta 24 bits de color, como el JPG, también tiene formatos libres de pérdidas por compresión y soporta muy bien el escalado de resoluciones adaptándose píxel a píxel a la resolución del ordenador donde se visualice.
Bueno, pero entonces ¿cuál utilizo? se estará preguntando el siempre inquieto y curioso lector.
Pues depende del uso que necesites. En esta imagen tienes una comparativa entre formatos y calidades, y ya dependerá de la cantidad de espacio que puedas permitirte que ocupe el fichero (de poco más de medio mega a casi 10 megas), de si vas a ampliar y necesitas no perder detalle, de si las pérdidas por compresión son inaceptables o un mal menor asumible. Tienes un formato para cada necesidad, para cada situación. ─Antonio Rentero [How to Geek]
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