Una chica con el Naughtibod, un vibrador que se 'mueve' al ritmo de la música del iPod o de otro reproductor MP3.
Como otras filias menos conocidas, la melolagnia es un fetichismo sexual del que se ha hablado a lo largo de la historia. Shakespeare por ejemplo escribe en el primer acto de su obra 'Noche de reyes', como Orsino, Duque de Iliria sufre de esta inusual atracción sexual:
Si la música es el alimento del amor,
¡toquen! Denme de ella en exceso, pues saciándome
quizá se hastíe mi deseo y muera.
¡La melodía otra vez! Su cadencia se apaga.
Ah, llegó hasta mi oído como el dulce son
que al soplar sobre un campo de violetas
roba y trae su olor. ¡Basta, no más!
Ya no es tan dulce como antes.
¡toquen! Denme de ella en exceso, pues saciándome
quizá se hastíe mi deseo y muera.
¡La melodía otra vez! Su cadencia se apaga.
Ah, llegó hasta mi oído como el dulce son
que al soplar sobre un campo de violetas
roba y trae su olor. ¡Basta, no más!
Ya no es tan dulce como antes.
Sirva este espectacular y
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